En el primer semestre de 2024 fallecieron 29 trabajadores por cuenta propia

Los fallecimientos de los autónomos por un accidente de trabajo cayeron un 30% entre enero y junio

El Ministerio de Trabajo ha publicado las cifras provisionales de siniestralidad de los autónomos. En el primer semestre se registraron menos fallecimientos y accidentes en el colectivo, aunque en el caso de los asalariados estas cifras crecieron respecto al mismo periodo de 2023.

Los fallecimientos de los autónomos por un accidente de trabajo cayeron un 30% entre enero y junio.
Los fallecimientos de los autónomos por un accidente de trabajo cayeron un 30% entre enero y junio.
Los fallecimientos de los autónomos por un accidente de trabajo cayeron un 30% entre enero y junio

Desciende la mortalidad de los autónomos a causa de un accidente laboral. Así lo mostraron las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Trabajo hace unos días, de las que se extrae que 29 autónomos fallecieron mientras trabajaban entre enero y junio. Se trata de un descenso del 29,3% respecto al mismo periodo de 2023.

Del total, los datos de Trabajo mostraron cómo 28 de los 29 autónomos fallecidos por un accidente de trabajo perdieron la vida en el lugar donde desarrollaban su actividad, mientras que apenas uno lo hizo en un siniestro ‘in itinere’.

Por sectores, la Construcción, el Comercio, la Agricultura y el Transporte fueron donde los autónomos fallecieron a causa de un accidente durante el ejercicio de sus funciones. Una situación que se produce a pocos meses de que los trabajadores por cuenta propia que se dediquen a estas actividades, entre otras, puedan solicitar que su edad de retiro se adelante varios años, por desarrollar trabajos especialmente peligrosos, tóxicos, penosos o insalubres.

En total, la siniestralidad de los autónomos se redujo un 4,4% en el primer semestre del año respecto al mismo periodo de 2023. En concreto, se produjeron 16.119 accidentes laborales con baja en el colectivo, según los datos provisionales del Ministerio de Trabajo.

ATA lleva meses instando a las administraciones a potenciar la prevención de riesgos entre los autónomos

A pesar del ligero descenso en el número de accidentes laborales con bajas entre los autónomos, los datos publicados por el Ministerio de Trabajo muestran una tendencia todavía alta en la siniestralidad de los trabajadores por cuenta propia.

En este sentido, hace unos meses José Luis Perea, secretario general de ATA y responsable del área de Prevención de Riesgos Laborales, ya valoró en este diario como “inasumibles para el colectivo” los datos de siniestralidad y fallecimientos. Para reducir las cifras, afirmó, “es necesaria una implicación más activa de las administraciones fomentando programas de información y sensibilización que ayuden a los autónomos a conocer y prevenir sus riesgos”. 

Como valoró el secretario general de la Federación, las políticas preventivas que las administraciones desarrollan en el colectivo “son prácticamente nulas, lo que incide directamente en las cifras de siniestralidad”. Según apuntó, “urge implementar políticas preventivas que sensibilicen al autónomo para proteger el bien más preciado que tienen en su negocio, que es su propia vida”. 

Los accidentes de trabajo mortales crecen entre los asalariados

Por su parte, los datos del Ministerio de Trabajo mostraron un aumento de la mortalidad entre los asalariados a causa de un accidente laboral. Durante los primeros seis meses del año se registraron 299 fallecimientos, un 7,9% más que en el mismo periodo de 2023. Por su parte, los accidentes con baja laboral también se incrementaron un 0,2% hasta junio.

Ante estos datos, cabe recordar que la prevención de riesgos laborales y la seguridad de los asalariados es responsabilidad de los autónomos que gestionan el negocio. Desde hace algún tiempo, incluso, de la prevención de riesgos psicosociales.

No cumplir con las obligaciones laborales en materia de Prevención de Riesgos Laborales (PRL), como la elaboración de un plan específico, puede conllevar sanciones graves, con importes de hasta 40.900 euros, o muy graves, que alcanzan los 819.000 euros.