Se prevén reducciones en la producción

El plan de choque para intentar mejorar las explotaciones vinícolas contará con 202 millones de euros

La Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV) se ha presentado como un plan integral para renovar el sector vitivinícola español compuesto por grandes bodegas y miles de pequeños productores.

El plan de choque para reestructurar el sector vinícola cuenta con 202 millones de euros hasta 2027.
El plan de choque para reestructurar el sector vinícola cuenta con 202 millones de euros hasta 2027.
El plan de choque para intentar mejorar las explotaciones vinícolas contará con 202 millones de euros

El sector vinícola español se encuentra en un momento crucial. De ahí que el Ministerio de Agricultura haya planteado la llamada Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV). Una iniciativa para el período 2024-2027, dotada con 202 millones de euros, que marca un cambio en la política de ayudas al sector, sustituyendo al anterior Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español (PASVE), vigente desde 2019 a 2023.

Según el ministerio, este nuevo enfoque está diseñado para abordar varios retos clave que afectan a los viticultores y bodegueros españoles. Tiene como objetivo fundamental "reestructurar y modernizar los viñedos españoles" adaptándolos no sólo a las demandas del mercado, sino también a los desafíos que está creando y amenaza con incrementar el cambio climático. “Para situar el momento actual del sector, es preciso recordar que venimos de dos malas campañas anteriores, de baja producción, debido a unas condiciones meteorológicas difíciles, con escasas lluvias”, comentó a este diario José Manuel Delgado Pérez, ingeniero agrónomo del Gabinete Técnico de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).

“No obstante, esta está siendo una campaña normal, con lluvias y agua en el subsuelo. Pero el problema de la ralentización del consumo está ahí”, afirmó. De ahí que, si se junta con una producción al alza, “podemos tener problemas que acaben repercutiendo en el precio, tanto de la uva como del vino”, señaló el responsable del sector vinícola de UPA. En este sentido, mencionó dos medidas que podrían funcionar. Una, que está en vigor, es el control de limitación normativa de la producción de uva para vinificación, “de 20.000 kilos por hectárea en variedades blancas y 18.000 kilos por hectárea en tintas”. Y la otra medida, que antes estaba en marcha, “es la limitación del coeficiente de transformación del kilo de uva en vino, del 0,74, exigimos que vuelva a estar en vigor para evitar que las bodegas expriman demasiada uva para extraer vino”.

El plan pretende bajar la producción para "mejorar la oferta"

Precisamente, para hacer frente a un escenario peor, la ISV quiere centrarse en mejorar la competitividad del sector y asegurar su viabilidad a largo plazo. La estrategia ministerial dice basarse en cinco puntos: la vendimia en verde, en la limitación en los rendimientos de uva; en la reconversión y restructuración de los viñedos para avanzar en otra oferta de materia prima; en nuevas condiciones y limitaciones de los índices de transformación en bodegas; y en la promoción en terceros países.

En concreto, del presupuesto de los 202 millones de euros asignados para esta estrategia hasta 2027, para este último apartado, el de la promoción exterior, se destinan 45,8 millones (el 22,7%). Mientras que otro porcentaje similar irá a parar a inversiones en las propias bodegas. El 30% (60,6 millones de euros) será para reestructuración y reconversión de los viñedos, un 15% (30,3 millones de euros) para destilaciones y resto, y lo no gastado en estas acciones será para pagar la vendimia en verde, donde convivirá con la financiación de aquellas comunidades autónomas que decidan unirse a esta estrategia.

El sector vinícola español, uno de los principales productores mundiales, parece necesitar revitalizar su imagen y el consumo de nuestros vinos tanto en el ámbito doméstico como en los mercados internacionales. Algo crucial en un contexto donde la demanda interna ha experimentado una notable disminución en los últimos años, reflejando tendencias similares en los grandes mercados consumidores mundiales como Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia. En el caso de nuestro país, con una dura caída de ventas que hasta ahora sólo se ha logrado detener.

Y es que, en los últimos cinco años, la demanda interior ha pasado de los 11 millones de hectolitros a 9,8 millones. Una caída que no se da sólo en España, sino que afecta a los principales mercados mundiales, pues el sector ha pasado de más de 230 millones de hectolitros anuales a los 221 millones actuales. “En Burdeos, con todo su prestigio, se han arrancado viñas. Y en La Rioja se ha recurrido a la destilación y a la vendimia en verde, antes de la maduración”.

UPA recomienda la vendimia en verde para ajustar la producción a las necesidades de la demanda

En el consumo de vino por persona y año, España está en 21 litros, frente a los más de 40 de Portugal, los 35 de Italia y los 31 de Francia. Y en lo que se refiere a las exportaciones españolas, han seguido una tendencia de recortes en los últimos años. Anteriormente, las cifras llegaron hasta los 27 millones de hectolitros, pero en el último año analizado, las ventas al exterior fueron de 20,5 millones de hectolitros.

España, con una superficie de unas 930.000 hectáreas de viñedos tras los recortes de las últimas décadas y las replantaciones acometidas, se mantiene entre los principales productores comunitarios tras Francia e Italia, en unos volúmenes anuales entre vino y mosto que en los últimos años ha oscilado entre los 32 millones de hectolitros de la campaña pasada, una de las más escasas de los últimos tiempos, y los 46 millones de 2020, si bien se puede hablar de una media de 38 millones sólo de vino y de 43 millones si se suma el mosto. Para este año se barajan cifras de producción media por encima de los 40 millones de hectolitros.

202 millones de euros hasta 2027 para reestructurar el sector vinícola

Por ello, desde UPA recomendaron la vendimia en verde para ajustar la producción a las necesidades de la demanda cada campaña y evitar la necesidad de aplicar otras acciones como la destilación [prensado para la obtención de alcoholes con otros usos]. “Son interesantes los procesos de reestructuración y reconversión para adaptar las posibilidades de producción en volumen a la demanda, pero también a las variedades y elaboración en bodega de tipos de vino respondiendo a los gustos cambiantes de los consumidores”, concluyó el experto, para quien la existencia del ISV es positiva, “en tanto en cuanto el vinícola es uno de los tres únicos sectores agrarios con un plan específico, junto al de frutas y verduras y a la apicultura”.

La ISV quiere alinear las políticas de apoyo al sector con los nuevos desafíos del mercado

El plan anterior parece ser que mostró algunas limitaciones en su capacidad para abordar integralmente problemas como la competitividad frente a otros productores internacionales, la adaptación al cambio climático y la sostenibilidad ambiental. La ISV pretende una evolución para fortalecer estos aspectos.

Así, establece una serie de objetivo destinados a reestructurar y modernizar el sector vitivinícola español:

  • Mejorar la competitividad. Implementar medidas que aumenten la eficiencia y la productividad de las explotaciones vitícolas españolas, asegurando su capacidad para competir en un mercado global cada vez más exigente.
  • Adaptación al cambio climático. Promover prácticas agrícolas y tecnologías que ayuden a los viticultores a enfrentar los impactos del cambio climático, como variaciones en los patrones de lluvia, aumento de temperaturas y eventos climáticos extremos.
  • Sostenibilidad medioambiental. Fomentar prácticas agrícolas sostenibles que reduzcan el impacto ambiental de la viticultura, incluyendo la gestión eficiente del agua, el uso responsable de agroquímicos y la preservación de la biodiversidad en los viñedos.
  • Promoción internacional. Fortalecer la presencia y la imagen del vino español en los mercados internacionales a través de campañas de promoción y estrategias de marketing efectivas.
  • Apoyo a la reconversión y reestructuración del viñedo. Incentivar la modernización de los viñedos españoles para adaptar las variedades cultivadas a las demandas del mercado y mejorar la calidad de la uva producida.

La reestructuración y reconversión del viñedo es uno de los pilares fundamentales de la ISV, destinado a modernizar y optimizar los recursos vitícolas en España. Pretende la actualización de las variedades de uva plantadas, adaptándolas a las preferencias del mercado y mejorando la calidad del producto final.

También busca la promoción de prácticas agrícolas que reduzcan la vulnerabilidad de los viñedos frente a los efectos del cambio climático, como la elección de variedades más resistentes y técnicas de gestión del suelo y el agua más eficientes. Y, por último, fomentar el uso de prácticas agrícolas sostenibles que minimicen el impacto ambiental de la viticultura, como la agricultura de conservación, el control integrado de plagas y enfermedades, y el manejo eficiente de residuos agrícolas.

Los fondos provienen del Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA), gestionado a nivel nacional para apoyar las inversiones necesarias en los viñedos españoles, y quedan establecidos criterios claros para que los viticultores puedan acceder a las ayudas; incluyendo requisitos relacionados con la superficie de viñedo a reestructurar, la variedad de uva a plantar y los objetivos de mejora en la calidad y sostenibilidad.

Además, prevé la implementación de mecanismos de seguimiento y evaluación para garantizar que las inversiones se utilicen de manera eficiente y efectiva, asegurando el cumplimiento de los objetivos de la ISV y la rendición de cuentas ante las administraciones involucradas.