El 85% de los comerciantes valora la rapidez y seguridad en los pagos

Así afectará a los pequeños negocios el euro digital que el Banco Central Europeo quiere lanzar en 2026

El Banco Central Europeo pretende lanzar en 2026 el nuevo euro digital, un método de pago electrónico oficial que sería equivalente al efectivo. Así afectará a los pequeños negocios.

Cómo afecta a los pequeños negocios en euro digital que el Banco Central Europeo quiere sacar en 2026.
Cómo afecta a los pequeños negocios en euro digital que el Banco Central Europeo quiere sacar en 2026.
Así afectará a los pequeños negocios el euro digital que el Banco Central Europeo quiere lanzar en 2026

El Banco Central Europeo está preparando una forma electrónica de pagos al alcance de todos los ciudadanos: el euro digital. Se trataría de un dinero electrónico público y que permitiría a toda la población europea abrir una cuenta directamente con el Banco Central, sin necesidad de intermediarios. Según las previsiones del BCE, el euro digital podría comenzar a utilizarse en los negocios a partir de 2026.

La percepción sobre el euro digital que prepara el Banco Central Europeo (BCE) es positiva entre los autónomos propietarios de comercios, con un 85% de los entrevistados dispuestos a aceptarlo cuanto antes, dado que valoran especialmente la rapidez y la seguridad en la conformidad de los pagos. Esta es una de las principales conclusiones del estudio La adopción del euro digital en España y su impacto en bancos y comercios, elaborado por la consultoría Deloitte, que analiza, entre otras claves, la situación actual de la moneda, sus aspectos regulatorios y las incertidumbres en torno a este medio de pago.

El 60% del conjunto de la ciudadanía cree que el euro digital supondría una mejora de los medios de pago actuales y destaca como ventajas de su empleo la seguridad y la confidencialidad. 

En cuanto a los autónomos, existen diferencias entre las motivaciones y ventajas identificadas por los comercios físicos y los negocios online. Mientras que los primeros valoran principalmente la inmediatez de los pagos y la posibilidad de ofrecer efectivo a sus clientes, los segundos valoran sobre todo la seguridad en los pagos y la posibilidad de realizar desembolsos internacionales y programables.

Cinco de cada diez (48%) consideran el sistema contactless como el instrumento de pago más útil para el euro digital y el 60% muestra interés en la posibilidad de programar los pagos y en la interoperabilidad geográfica.

¿Cómo funcionará el euro digital, según el Banco Central Europeo?

El informe analiza la adopción potencial del euro digital a través de siete escenarios, en función de su grado de adopción y de otras cuestiones como su grado de rentabilidad, anonimato, límite de las transacciones y recarga:

  1. Moneda de curso legal. Obligación de aceptar el euro digital como método de pago para cualquier comercio.
  2. Límite de saldo. Importe máximo que podría tener cada cliente en su billetera digital.
  3. Límite de recarga. Importe máximo que se podrá recargar en la billetera digital en una única transacción.
  4. Límite de pagos anónimos. Importe a partir del cual los pagos dan información sobre las compras realizadas.
  5. Reverse waterfall (cambio inverso). Conversión en euro digital del saldo en euros de la cuenta vinculada, cuando los fondos no fueran suficientes para realizar un pago.
  6. Beneficios estatales. Canalización de las ayudas estatales a través de la cuenta de euro digital.
  7. Remuneración. Posibilidad de que el saldo de la cuenta en euros digitales genere intereses u otro tipo de retribución.

Así, en el último trimestre de 2021, el BCE inició una fase de investigación decisiva para el desarrollo del euro digital, estableciendo un equipo encargado de su gobernanza y desarrollo tecnológico.

Durante 2022, se priorizaron los casos de uso y se realizó un estudio con grupos de trabajo de ciudadanos y autónomos propietarios de comercios. Asimismo, se llevaron a cabo estudios sobre la disponibilidad online y offline, los niveles de privacidad de datos y el mecanismo de transferencia.

Además, durante este periodo, se desarrolló el modelo de distribución y se analizaron diseños que permitieran mitigar los riesgos relativos a la estabilidad financiera. El año terminó con la configuración de un prototipo y la toma de decisiones sobre aspectos como la cantidad en circulación, el rol de los intermediarios (bancos comerciales) y el modelo de liquidación, al finalizar o completar una transacción, asegurando que los fondos se transfieran correctamente entre las partes involucradas.

El BCE quiere sacar en 2026 el euro digital: ¿cómo afecta a los pequeños negocios?

Ya en 2023, los esfuerzos se centraron en el desarrollo de servicios de valor añadido, el modelo de compensación y el acceso al ecosistema. Además, se obtuvieron los resultados del prototipo, se establecieron los requisitos de usuario y comenzaron los preparativos para una posible fase de realización. La etapa de investigación finalizó con la selección de los proveedores. En octubre, el BCE decidió iniciar la fase de preparación del proyecto del euro digital, que culminará en 2026 con la decisión final sobre su lanzamiento.

El instrumento de pago más perjudicado sería la tarjeta bancaria, y se incrementaría el "compre ahora, pague después"

Tras realizar una serie de simulaciones por escenario, a 12 meses desde la introducción del euro digital, el modelo muestra que la adopción es residual en todos los escenarios, menos en aquellos que ofrecen fuertes incentivos, como la remuneración o la distribución de beneficios estatales. El estudio muestra un bajo nivel de transacción en los pagos C2B, tanto digitales como físicos, salvo en aquellos escenarios en los que se incentiva su adopción. Sin embargo, en los pagos P2P el volumen de transacciones es mayor, posiblemente por la menor competencia de otros medios de pago y el refuerzo de adopción entre usuarios.

La entrada del euro digital no supondría un cambio en la variedad de sistemas de pagos español, salvo en los escenarios donde hay incentivos. En estos casos, el instrumento de pago más perjudicado sería la tarjeta. Por otro lado, la variedad de instrumentos por volumen de transacciones sí sufriría cambios, incrementando la cuota de medios digitales como buy now pay later (BNPL) o pasarelas como PayPal.

Por último, el informe señala tres claves para desarrollar con éxito la implantación del euro digital:

  1. Adaptación del diseño. Integrar tarifas de transacción únicas y con costes de aceptación mínimos; mitigar las necesidades de inversión derivadas del despliegue de las nuevas infraestructuras tecnológicas y redes de pago; implementar incentivos a la adopción a través de beneficios estatales, de la posibilidad de programar los pagos o de la interoperabilidad geográfica.
  2. Integración eficiente en los comercios. Facilitar el impacto de los beneficios comerciales y la evolución hacia casos de uso más eficientes, como los split payments (combinación de pago con varias tarjetas o entre varias personas), para optimizar transacciones a menores costes. Centrarse en la eficiencia en el proceso de pago y explotar asociaciones entre comercios, que presenten propuestas de mejora al BCE.
  3. Propuesta de valor y modelo operativo. Adaptar el modelo operativo de las entidades a las obligaciones regulatorias del BCE en materia de seguridad de los pagos y datos personales. Decidir el modelo de innovación y diseño de nuevos servicios (internos vs. externalizados), integrar nuevos servicios y desarrollar un posicionamiento activo para minimizar riesgos frente a la transformación del euro digital.

La versión digital del euro busca asegurar la soberanía del BCE para contrarrestar a las criptomonedas

En el marco de la transformación digital de la economía, el ecosistema de medios de pago se encuentra inmerso en un momento de cambios sin precedentes. Y uno de los proyectos más destacados en este sentido es la creación de una Moneda Digital de Banco Central (CBDC, por sus siglas en inglés), con el objetivo de crear una moneda digital de banco central que funcione como un equivalente electrónico al efectivo tradicional. Así, permitiría a la UE mantener un mayor control sobre los flujos de pago y ofrecer una alternativa a las monedas digitales no reguladas, como las criptomonedas.

El Banco Central Europeo quiere sacar el euro digital en 2026

Además, busca mejorar la eficiencia y resiliencia de los pagos, mitigar la caída del efectivo y facilitar transacciones más rápidas y seguras, perfilándose como una solución para la inclusión financiera. Por último, actuaría como una herramienta de política monetaria, permitiendo al BCE adaptar más rápidamente sus estrategias económicas.

 

 

A pesar de sus ventajas, el estudio de Deloitte refleja que el 61% de los españoles no adoptaría el euro digital, principalmente por desconocimiento y satisfacción con los medios de pago digitales disponibles. Del 39% que sí se muestra a favor de su utilización, el 50% lo utilizaría prioritariamente para el comercio online; el 33% y 40%, para los pagos P2P y C2B (en entorno físico) respectivamente, y el 48% para remesas internacionales, un caso de uso que no está oficializado por la Comisión Europea o el BCE. Además, las características más valoradas como la remuneración y la privacidad (55% y 51%, respectivamente) y su interoperabilidad geográfica (más del 45%), no se desarrollarán a corto plazo según el diseño actual del euro digital.

“El desconocimiento por parte de la población española en torno a esta nueva forma de pago es señal de la necesidad de llevar a cabo una mayor colaboración público-privada entre la banca y los comercios con las autoridades europeas”, afirmó Gorka Briones, socio de Monitor Deloitte. Según el responsable del estudio, es necesario el desarrollo “de campañas de información sobre el euro digital y sus ventajas que faciliten su uso entre el grueso de la población”.