Principalmente trabaja para ajuares de boda que los convierte en únicos

Una emprendedora ha convertido técnicas medievales de bordado en un negocio rentable

Mediante técnicas casi extintas, esta autónoma ha dado vida a un proyecto que rescata el bordado tradicional, para revivir el valor cultural de los ajuares antiguos, ofrecer creaciones que son únicas y que trascienden a las modas.

Esta emprendedora rescata la tradición del bordado artesanal en tocados y tiaras nupciales.
Esta emprendedora rescata la tradición del bordado artesanal en tocados y tiaras nupciales.
Una emprendedora ha convertido técnicas medievales de bordado en un negocio rentable

La edad de la inocencia, Aires del Sur, La buena fortuna... Podría tratarse de títulos de novelas o de películas románticas, pero son los nombres de las piezas artesanas únicas que borda María Galán, fundadora de Lahuar. Un atelier especializado en la creación de tiaras y tocados para novias, que incorpora técnicas de bordado antiguas, incluso medievales, casi extintas. Y que es capaz de crear piezas que pueden lucirse en distintos momentos de la ceremonia, también como gargantillas.

En el mundo de la moda y la alta costura, donde las tendencias suelen ser efímeras y la producción masiva domina gran parte del mercado, aún existen emprendedores que apuestan por la tradición y el trabajo artesanal. Ubicado en Madrid, Lahuar no sólo ofrece accesorios únicos y personalizados, sino que también rescata y preserva una parte fundamental del patrimonio cultural textil español, y más concretamente extremeño; el origen de su creadora.

María Galán siempre tuvo una conexión especial con el arte y la tradición. Aunque su camino profesional inicial se alejó de este ámbito, su pasión por los bordados y la artesanía le fue transmitida desde muy pequeña por las mujeres de su familia, en su pueblo natal de Montánchez, Cáceres. “El propio nombre de mi negocio, Lahuar, proviene del castúo, un dialecto del extremeño antiguo, y significa ajuar”, explico la emprendedora a este diario. Un término es clave para entender el enfoque de su trabajo: piezas que tienen un valor emocional y cultural profundo, como los antiguos ajuares que acompañaban a las desposadas en el altar, cargados de significados y tradiciones.

La emprendedora dedica entre 30 y 40 horas de trabajo a fabricar a mano cada prenda

Aunque el negocio nació oficialmente en 2022, María Galán reconoce que la semilla de este proyecto fue plantada en realidad mucho antes. Cuando, de niña, observaba a las mujeres del pueblo hablar de sus noviazgos y mostrar orgullosas los ajuares que ellas mismas habían confeccionado. “Siempre quise estudiar Bellas Artes”, confesó con cierta nostalgia, “pero en mi familia no lo veían como una opción viable. Me decían que me moriría de hambre”. Por lo que terminó eligiendo una formación en la rama sanitaria, trabajando durante años en hospitales. “Aunque el arte nunca dejó de ser una parte importante de mi vida”.

María Galán, creadora de Lahuar.
María Galán, creadora de Lahuar.

Fue tras dejar su último trabajo, después de 15 años en una empresa que fue absorbida por una multinacional francesa, cuando esta emprendedora, con presencia activa en Instagram, decidió replantearse su futuro. “Estaba quemada, y como no tenía una necesidad urgente de volver a trabajar, aproveché para repensar mi carrera. Fue entonces cuando recordé los bordados y decidí formarme en patronaje y alta costura”. El proceso no fue sencillo, especialmente porque en España apenas hay formación en el ámbito de los bordados tradicionales. Sin embargo, María Galán no se rindió, y con el tiempo encontró la manera de hacer realidad su sueño.

Lahuar se especializa en la creación de tocados, tiaras y accesorios para novias, todos realizados a mano, empleando técnicas de bordado tradicionales que requieren un nivel de dedicación y precisión excepcional. “Mis piezas no son comunes. Cada una de ellas puede llevar entre 30 y 40 horas de trabajo, dependiendo del diseño y los detalles”. Este enfoque artesanal hace que cada tocado o tiara sea único, una obra de arte en miniatura que cuenta con un profundo valor simbólico y estético.

Lahuar rescata el bordado tradicional, para revivir el valor cultural de los ajuares antiguos.
Lahuar rescata el bordado tradicional, para revivir el valor cultural de los ajuares antiguos.

Sus precios varían, en función de la exclusividad del diseño y el tiempo y esfuerzo que implica cada creación

Uno de los elementos más fascinantes de Lahuar es su capacidad para fusionar lo antiguo con lo contemporáneo. “El mundo de las novias es muy reducido y concreto. Por eso decidí hacer tocados bordados, pero con un enfoque diferente. Mientras muchos diseñadores usan pedrería, yo prefiero el bordado en hilo, que es más fiel a la tradición”. A partir de ahí, esta emprendedora ha experimentado con diferentes estructuras y materiales, como en su colaboración con una joyera para crear la tiara La margarita dijo sí, una pieza bañada en oro que combina bordados y joyería en un diseño único y sofisticado.

Pero Lahuar no sólo se limita a las novias. María Galán trabaja también bajo pedido para cualquier persona que desee una pieza bordada a medida. “Tengo una parte creativa que no puedo evitar”, admitió. “Me gusta trabajar en proyectos personalizados, ya sea para novias o para cualquier persona que quiera llevar algo especial”. Cada pieza es diseñada en colaboración con el cliente, asegurándose de que el resultado final refleje exactamente lo que este busca. Y los precios varían, aunque parten de 350 euros, lo que refleja no solamente la exclusividad del diseño, sino también el tiempo y el esfuerzo que implica cada creación.

Piezas ambivalentes, que pueden lucirse en distintos momentos de la ceremonia.
Piezas ambivalentes, que pueden lucirse en distintos momentos de la ceremonia.

A pesar de su éxito inicial, Lahuar es un negocio que sigue en constante evolución. Su creadora está trabajando en ampliar su oferta, explorando nuevos territorios creativos como la confección de bolsos para novias. “No me interesa el prêt-à-porter. Prefiero hacer piezas muy específicas y limitadas”. Para ella, el verdadero valor de su trabajo radica en la investigación histórica y en la preservación de las técnicas tradicionales. Uno de sus proyectos más recientes, la tiara La edad de la inocencia, está inspirado en los bordados que llegaron a España durante el Imperio Bizantino, cuando las técnicas asiáticas empezaron a influir en la cultura textil europea. “Es una pieza que refleja la dualidad entre la niñez y la vejez, simbolizando la inocencia que ambos comparten”.

Los tocados fabricados con técnicas medievales están pensados para mantenerse de generación en generación

La pasión de María por la historia del bordado la ha llevado a investigar y rescatar técnicas y materiales que, de otro modo, podrían haberse perdido en el tiempo. “Algunos de los materiales que uso los recupero de antiguos talleres de los años 50, en anticuarios o almonedas. Son piezas que envejecen muy bien, y tienen una belleza atemporal”. Su objetivo, además de crear piezas para el presente, es pensando también en el futuro, asegurándose de que sus tocados y accesorios puedan pasar de generación en generación, como auténticos tesoros familiares.

Y a pesar de los desafíos que implica emprender en un sector tan especializado, María Galán se siente afortunada de poder dedicar su tiempo a lo que realmente le apasiona. “Emprender en España tiene sus complicaciones, especialmente debido a la burocracia”, admitió. “Además, en mi caso, muchos de los materiales que utilizo no están disponibles dentro de nuestras fronteras, lo que complica el proceso de importación”. Sin embargo, esto no ha sido un impedimento para que Lahuar siga creciendo y ganando reconocimiento.

El negocio ha encontrado su nicho en un mercado que valora la exclusividad, el trabajo artesanal y la tradición. “Mis piezas no son para todo el mundo, y eso está bien: prefiero trabajar en proyectos pequeños, pero con un gran significado”, concluyó esta emprendedora, que crea “belleza atemporal que trasciende las modas y puede ser disfrutada durante generaciones”.